Amazon Go y FC Barcelona: dos casos de IA aplicada

Estos días, Amazon ha presentado una tienda física donde vender todo lo que no puede enviar por correo: alimentos frescos y perecederos. Se llama Amazon Go y está ubicada en Seattle, próxima a la sede de la compañía. De momento sólo está disponible para empleados de la empresa, pero espera abrirse al público a principios de 2017.
La principal peculiaridad de la tienda de Amazon es que el cliente, que muestra un código con su móvil al entrar al establecimiento, puede salir sin pasar por caja. La comida o bebida que se coge dentro se cargan automáticamente en la tarjeta de crédito al cruzar la puerta de salida.
Amazon Go emplea inteligencia artificial, aprendizaje automático y visión computerizada para tratar de saberlo todo sobre sus clientes: a qué hora entran, cuánto tiempo pasan en la tienda, qué compran e incluso por qué no compran algo tras pasar varios minutos delante de una estantería.
Poco más se ha revelado del proyecto. Tanto los departamentos de comunicación de Amazon en Estados Unidos y España nos remiten únicamente a la página de Amazon Go. "No estamos compartiendo más detalles sobre el proyecto más allá de los que encontrarás en esta página", explican desde la empresa.
Para mucha gente, la inteligencia artificial (IA) puede sonar aún a ciencia ficción, pero lo cierto es que hace tiempo que forma parte de nuestras vidas, incluso donde menos lo esperábamos: las tiendas de alimentación. Y tiene sentido porque, pese al aumento del comercio electrónico, aún gastamos un 94% de nuestro dinero en una tienda hecha con ladrillos y cemento. Dentro de éstas, las de comida son las que más resisten la embestida del e-commerce.
Actualmente, la IA sirve a algunas tiendas de alimentación para pronosticar la demanda de ciertos productos. Por ejemplo, ya hay proveedores de pan que utilizan un software predictivo para calcular cuánto necesitan servir a cada supermercado. Amazon Go, sin embargo, lleva toda esta automatización a un nuevo nivel de complejidad.
"En el anuncio se manejan conceptos como computer vision, machine learning o inteligencia artificial, pero dejar caer este tipo de nombres es algo más enfocado al marketing que otra cosa", explica una fuente cercana a empleados de Amazon involucrados en el proyecto. "Los principales problemas aquí se resuelven con visión computacional, básicamente, poniendo cámaras que hagan un reconocimiento facial y visual, pero luego está toda la casuística: por ejemplo, qué pasa si llevas un gorro o abrigo y luego te lo quitas", y añade, "este problema les ha supuesto una labor de cuatro años". Es decir, llevan trabajando en el concepto de esta tienda física desde al menos 2012.
Los problemas resueltos mediante la visión computacional suponen, según esta fuente, el 97% de los casos: "Las cámaras son capaces de discriminar el quién y el qué, y con esto ya tienes cubiertos 97 de cada 100 problemas", dice. "El resto son problemas de inferencia o atribución cuando por ejemplo, dos personas se juntan en el mismo sitio y agarran un producto. ¿Cómo se solucionan? Pues ayudándose del registro o mediante algún mecanismo de validación en las bolsas o en las cajas para saber si finalmente han adquirido un producto que lleva un minuto cerca suyo".
Estas fuentes de Amazon calculan que el desarrollo del supermercado "está ahora mismo al 99,999%" y de los retos que tienen por delante, uno de los principales es "optimizar el sistema, que a día de hoy es aún muy costoso".
En resumen, la inteligencia artificial del supermercado sólo es necesaria en un 3% de los casos, para realizar alguna inferencia. Principalmente, la experiencia de Amazon Go consiste en una intensiva vigilancia de los clientes mediante sensores visuales.
DE MINORITY REPORT AL BARÇA
Ni siquiera hace falta agarrar un sándwich de atún, basta con extender el brazo hacia él para que los sensores sepan que te interesa. Si esta tecnología les resulta familiar, puede que sea porque han visto la película Minority Report (2002) de Steven Spielberg.
John Underkoffler, investigador del MIT, fue asesor científico de Spielberg en aquel filme, desarrolló la tecnología y luego, en 2006, fundó la empresa Oblong para hacer de la interacción gestual con máquinas una realidad comercial. Uno de sus discípulos, Germán León, trabajó con él antes de fundar en Barcelona la empresa Exipple. León confirma el noviazgo entre la IA y las empresas de retail.
"Nuestra hoja de ruta es clara, estamos ahora en el retail porque ya hay una infraestructura montada y muchas empresas con la necesidad de conocer a sus consumidores", explica León.
Por ejemplo, uno de sus primeros clientes en España fue la tienda del Fútbol Club Barcelona, donde han instalado una pantalla de vídeo de siete metros de largo. La pantalla, sin embargo, es capaz de saber a quién tiene delante. "Ve si es hombre o mujer, de cierta edad, de ciertos rangos", dice León, "ve la información de manera contextual y relevante".
Así, en función de si es una niña de 12 años o un señor de 47, la pantalla mostrará un vídeo de Messi marcando un gol o uno de Guardiola, Maradona o Cruyff. Todo ello para, al final, convencer a ambos de que pueden comprar ahí mismo la camiseta de sus sueños. "Antes de que toquen la pantalla, los sensores reconocen al cliente y les proporcionan un método de interacción para descubrir cosas sobre productos sin hablar con nadie", dice León, "eso también da a la empresa información anonimizada y detallada de sus usuarios".
La clave, tanto en el supermercado de Amazon como en la tienda del Barça, es que llenar una habitación de pequeñas cámaras se está haciendo más y más asequible. "Las cámaras se van a abaratar demasiado, es exagerado, conocemos un desarrollador que está fabricando cámaras a 30 céntimos y con un tamaño tan pequeño que podrán instalarse en cualquier parte", dice León, "esto va a cambiar por completo el panorama del internet de las cosas".
La llegada de Amazon Go a nuestras vidas, por lejos que vivamos de Seattle, va a provocar un efecto dominó. La cadena italiana Coop presentó casi al mismo tiempo su supermercado del futuro, que incorpora también estantes inteligentes o pantallas que reaccionan a los gestos.
Estas tecnologías "aún están evolucionando, pero ya están llegando al mercado del consumidor masivo", dice el CEO de Exipple, que hace una predicción "la interacción con los ordenadores se va a parecer más a Her que a Minority Report".
El desarrollo ágil está transformando la industria del software

En los años 80 y 90, conforme la tecnología digital se convertía en el nuevo epicentro de la economía mundial, fue desarrollándose una metodología muy estructurada para el desarrollo de software, conocida popularmente como el modelo en cascada. Sin embargo, esta visión de gestionar proyectos (que consiste en cinco pasos: requisitos, diseño, implementación, verificación y mantenimiento) pronto chocó con el anhelo de muchos desarrolladores a la hora de trabajar de manera menos lenta y burocrática.
Ese fue el germen de lo que hoy se conoce como desarrollo ágil de software, una tendencia en alza en la que el desarrollo iterativo e incremental se impone a los trámites habituales en esta industria. O, dicho de otro modo, una metodología en la que el desarrollador va adaptando sus soluciones a unos requisitos también cambiantes a lo largo del tiempo.
Frente a los pasos del tradicional método en cascada, el desarrollo ágil de software se basa en seis pasos comunes dentro del ciclo de vida del software: planificación, análisis de requisitos, diseño, codificación, test y documentación. En cada interacción, el equipo de desarrollo no entrega todo el programa, sino que se van añadiendo pequeños elementos totalmente probados, sin errores, con el fin de que la solución final esté completamente operativa desde el minuto uno. En los métodos de desarrollo ágil de software, la comunicación entre todos los miembros del equipo es clave, ya que se busca eliminar las trabas habituales de reuniones, validaciones y revisiones formales por encuentros más informales y en fases tempranas e intermedias del proceso, no sólo en la última etapa del trabajo.
Para que una metodología de desarrollo de software se pueda considerar como ágil debe cumplir con cuatro valores fundamentales, recogidos en el Manifiesto Ágil:
- Los individuos e interacciones, por encima de los procesos y las herramientas.
- Software en funcionamiento, frente a la documentación exhaustiva.
- La colaboración con el cliente sobre la negociación contractual.
- Respuesta al cambio, mejor que el seguimiento de un plan.
- En definitiva, se trata de eliminar todos los pasos o tareas innecesarias, además de impulsar una mayor eficiencia de todo el equipo involucrado en el desarrollo.
Ventajas del desarrollo ágil
A la hora de diseñar un software por el método clásico de cascada, lo normal es que se complete un proceso antes de arrancar con el siguiente; lo cual obliga a acelerar los trabajos (y reducir la calidad) a fin de cumplir con los plazos impuestos por los clientes. Sin embargo, al optar por una metodología ágil en la que se trabajan distintos elementos en paralelo, el equipo puede ir validando pequeñas partes del proyecto antes de realizar la entrega final perfecta.
Asimismo, al optar por este tipo de metodologías, se requiere personal multidisciplinar capaz de adaptarse a distintas circunstancias y necesidades en poco tiempo. Este factor, junto a la reducción de burocracia y la validación constante, permite afrontar mejor la sobrecarga de trabajo y facilitar la marcha del proyecto en su conjunto. Todo ello, a su vez, redunda en una notable reducción de costes.
Tipos de desarrollo ágil
Aunque la metodología ágil de desarrollo de software se entiende como una tendencia global en sí misma, su ejecución concreta se materializa en distintas vertientes o filosofías de trabajo (englobadas en la Agile Alliance, en muchos de los casos) que expresan métodos y herramientas concretas para gestionar de manera ágil los proyectos.
Entre estas metodologías ágiles destacan Scrum (creada en 1986, siendo una de las precursoras de este camino), eXtreme Programming (XP, creado en 1996 y que fomenta el trabajo en equipo y la comunicación entre los distintos miembros implicados en el desarrollo de software) o el Dynamic Systems Developement Method (DSDM, por sus siglas en inglés, que data de 1995).
WI FI pasivo: así funcionan las nuevas conexiones wireless que consumen 10.000 veces menos energía

La conexión wifi es una de las funciones del celular que más batería consume, hasta el 60%. El wifi del móvil, además de que se utiliza casi continuamente, está constantemente enviando señales de radio para encontrar redes disponibles. Las busca incluso cuando en su entorno no hay redes wifi abiertas o conocidas con las que conectarse.
Pero el consumo del wifi tiene que ver sobre todo con la forma en la que funciona esta conexión. Para transmitir datos por wifi el móvil (o cualquier otro dispositivo que disponga de este tipo de conexión) genera dos señales de radio: una señal digital que contiene la información a transferir y una señal de radio analógica que hace las veces de portadora, la que conecta los dispositivos entre sí. Esta última señal de radio analógica es la responsable del alto consumo de la conexión wifi. La señal de radio digital en cambio apenas consume unos pocos microvatios.
Ahora, investigadores de la universidad de Washington han desarrollado un método de transmisión wifi que libera al móvil de la tarea de generar la señal de radio analógica, reduciendo el consumo de la energía requerida a una diezmilésima parte en comparación con la forma de funcionamiento actual. Esto se traduce en una reducción significativa en el consumo de la batería del móvil y de otros dispositivos conectados.
Para lograrlo, los investigadores desacoplaron la señal de radio digital y la señal de radio analógica. Como la señal de radio analógica es necesaria para la conexión, la tarea de producirla se delega en un dispositivo externo que se enchufa a la red eléctrica y que da cobertura en una área próximo; en una oficina o vivienda, por ejemplo.
Existiendo ya una señal de radio analógica los dispositivos conectados utilizan esa señal para reflejar en ella la información digital a transferir. La señal de radio analógica producida por el dispositivo externo sirve para dar conexión a varios dispositivos, simultáneamente.
Por ahora los investigadores han logrado transmitir datos en un radio de 30 metros a una velocidad de 11 megabits por segundo. Ambas cifras son inferiores a la capacidad de las conexiones wifi actuales, pero a cambio el consumo de energía es "casi inexistente”. De forma similar a como funcionan los chips RFID o las tarjetas de pago sin contacto, los dispositivos conectados obtienen de la señal de radio analógica (producida externamente) la energía necesaria para transmitir.
Este método de wifi pasivo (que todavía está pendiente de verificación) es, en teoría y según los investigadores, aplicable a los móviles y routers que ya existen y que están funcionando en la actualidad. Al reducirse y hasta prácticamente eliminarse el consumo de batería asociado a la conexión el método beneficiaría a los wearables y otros pequeños dispositivos, toda vez que el consumo de batería deja de ser un problema importante. También a los aparatos que aspiran a formar parte del internet de la cosas, la conexión entre objetos comunes y cotidianos: desde la heladera al termostato, pasando por las cámaras de seguridad y las zapatillas de deporte y hasta sensores médicos incorporados en el cuerpo del paciente.
La publicación MIT Technology Review considera que se trata de una de las diez tecnologías más importantes del año. También cree que un dispositivo de wifi pasivo será “extremadamente barato de fabricar, tal vez menos de un dólar” y que estará disponible en un plazo de dos o tres años.

